Acelerar los videos y audios afecta la salud de esta forma

Acelerar videos y audios que te envían o que eliges ver podría afectar tu salud, según los especialistas.

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Acelerar videos y audios afecta la salud de esta forma

La psicopedagoga y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Sylvie Pérez explica que acelerar los audios o videos se conoce como speedwatching y puede afectar la salud:

“El speedwatching es la respuesta a visualizar las cosas desde un mundo con prisas, en el que la gestión de los tiempos de espera no es suficiente”. 

Es decir, cada vez nos mostramos menos pacientes incluso para el tiempo invertido en el contenido audiovisual que consumimos, por ello, acelerar videos o audios no sería lo más recomendable.

De lo anterior, la experta advierte que puede tener consecuencias dañinas a cualquier edad, sin embargo, su efecto es peor en personas jóvenes:

“Las generaciones más jóvenes que se encuentran en un periodo de formación y aprendizaje, así como en un proceso de madurez de capacidades como la atención, la retención, la comprensión y la memoria”.

La motivación detrás del speedwatching incluye la falta de tiempo, el ritmo de vida acelerado y el temor a perderse algo, conocido como FOMO (Fear Of Missing Out, en inglés).

Para la experta, la estimulación rápida genera gratificación cerebral sin esfuerzo mental, pero advierte que puede llevar a la pérdida de valoración del esfuerzo del emisor del mensaje.

En ese sentido, según información de Google y Alphabet, los usuarios de Youtube ahorrarán un promedio de más de 900 años de tiempo por día al ver los videos con velocidades más rápidas.

El director de producto de esta plataforma llegó a declarar en 2022 que los usuarios reclamaban una velocidad de reproducción aún mayor, de 3x, 3,5x y 4x.

¿Cómo afecta la salud acelerar videos y audios?

El recibimiento de una mayor cantidad de información en un periodo más corto de tiempo como un avance para nuestro día a día. Sin embargo, reproducir un vídeo o audio, ya sea a nivel educativo o por puro entretenimiento, afecta no solo a la comprensión del contenido en cuestión, sino que también puede resultar perjudicial para el correcto funcionamiento de capacidades como la atención, la concentración, la memoria o incluso la crítica:

“Ante tanto estímulo acelerado, el cerebro ‘se aburre’ y, si no recibe la información a esa velocidad, se vuelve más pasivo, ya que no está acostumbrado a estar atento ni concentrado”.

Speedwatching y pérdida de memoria

Al final, el speedwatching consigue colarse en nuestra vida y nuestros hábitos diarios a través de la pantalla de nuestros teléfonos móviles, por eso, es vital propiciar un consumo consciente y responsable, evitando su uso excesivo para garantizar la comprensión y el disfrute del contenido audiovisual en esta era digital acelerada.

En ese sentido, información de Medline Plus refiere que la memoria es el proceso de almacenamiento para luego recordar esta información:

“Hay diferentes tipos de memoria. La memoria de corto plazo almacena información por unos pocos segundos o minutos. La memoria de largo plazo la almacena por un período más largo de tiempo”.

También es importante aclarar que la memoria no funciona siempre a la perfección:

“A medida que envejece, puede tomar más tiempo para recordar las cosas”.

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Finalmente, ahora que ya conoces las consecuencias de acelerar videos y audios, es importante no exponerte tanto a pantallas y tomar un tiempo prudente para disfrutar de los distintos contenidos en línea.

Con información de: BAZAR y Medline Plus

Fotografía: Computer Hoy y Gaceta UNAM