El miedo a la báscula es común cuando la “vieja escuela” de la Nutrición nos dictó durante años que el peso era un indicador único y exclusivo de salud y de ahí que la delgadez se asociara con estar sano.
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Miedo a la báscula: 3 trucos para enfrentarlo y conocer tu estado físico
Sin embargo, ahora se sabe que lo más importante es la composición corporal y los días de convivir con la báscula han finalizado, salvo algunas necesarias y extremas situación, por ello, a continuación te presentamos tres maneras que te ayudarán a saber más de tu estado físico sin pesarte.
Cuando se trata de redefinir la forma física personal, la gente suele tener dificultades para dejar de lado la báscula y si bien el peso puede ser importante, aún lo es más nuestra alimentación como refiere una publicación de la Universidad Complutense de Madrid:
“Un análisis químico completo de la composición corporal del hombre indica que está formado por materiales similares a los que se encuentran en los alimentos, pues no olvidemos que el hombre es producto de su propia nutrición”.
Al respecto información de Usana, advierte que se trata de un reto comprensible:
“El peso te da un único número que puedes monitorizar a lo largo del tiempo, lo que hace que sea increíblemente fácil establecer objetivos relacionados con el peso”.
Sin embargo, hay otros innumerables aspectos, muchos de los cuales reflejarán con mayor precisión el mejoramiento del estado físico. Estas son tres áreas que puedes monitorear:
1. Condición física aeróbica
El sistema cardiovascular del cuerpo (es decir, el corazón y los vasos sanguíneos) transporta el oxígeno a los músculos para ayudarles a moverse. Cuanto mejor sea el estado físico aeróbico, el cuerpo podrá transportar oxígeno más eficazmente.
Una de las maneras más sencillas de medir la aptitud aeróbica es medir la frecuencia cardiaca en reposo.
Al igual que el peso, esto te dará un único número que puedes monitorizar a lo largo del tiempo. Para la mayoría de los adultos, los médicos consideran que una frecuencia cardiaca en reposo de entre 60 y 100 latidos por minuto (LPM) es normal o saludable:
“Si realizas regularmente ejercicios aeróbicos (correr, nadar, cualquier cosa que aumente tu ritmo cardiaco), probablemente notarás que tu ritmo cardiaco en reposo disminuye con el tiempo. Esto es una señal de que el oxígeno se está suministrando de manera más eficiente”.
2. Fuerza muscular
Es uno de los aspectos de la aptitud física más fáciles de medir y seguir. Hay ejercicios sencillos que puedes hacer en casa, como flexiones y abdominales.
O bien, si vas al gimnasio con frecuencia, probablemente notarás que tu fuerza está aumentando al hacer los ejercicios que acostumbras:
“Esto podría significar conseguir una o dos repeticiones extra, o ser capaz de levantar más peso en general.
Miedo a la báscula: más formas de conocer tu estado físico sin ella
3. Flexibilidad
Aunque a menudo se pasa por alto, la flexibilidad desempeña un papel muy importante en el estado físico.
La capacidad del cuerpo para estirarse y moverse sin lesionarse es vital para la mayoría de las formas de ejercicio. Y lo que es más, el aumento de la flexibilidad puede aumentar tu comodidad a la hora de realizar tareas cotidianas, ya sea levantar a un niño pequeño o simplemente tender la cama.
Hay muchas formas de medir la flexibilidad, pero una de las más sencillas es la de sentarse y tratar de alcanzar algo:
“Simplemente siéntate en el suelo con las piernas estiradas delante de ti e inclínate hacia delante. Mientras estiras los brazos hacia los dedos de los pies, fíjate qué tan lejos puedes llegar, a la espinilla o más allá de los dedos”.
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Consulta siempre con un especialista…
Finalmente, el miedo a la báscula es asunto del pasado, por ello, es importante siempre acudir con un especialista en Nutrición y evitar las recomendaciones de “influencers” o personas que no tienen una formación en salud que pueden causarte confusión, complejos y poner en riesgo tu salud mental o física.
Con información de: Secretaría de Salud y Usana
Fotografía: Instituto Salamanca