Calor aumenta riesgo de infarto, ¿por qué?

Las altas temperaturas que actualmente se han experimentado en muchos lugares de México no solamente tienen como peligrosa consecuencia el “golpe de calor”, los expertos aseguran que el calor aumentaría el riesgo de infarto. Te decimos los detalles.
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Calor aumenta riesgo de infarto, ¿por qué?
Así, los incrementos súbitos de la temperatura pueden tener un impacto negativo sobre la salud e, incluso, aumentar el riesgo de infartos de miocardio, según reveló un estudio.
Fue durante un congreso del American College of Cardiology que investigadores de la Universidad de Michigan presentaron un análisis preliminar de más de 30 mil pacientes con infarto de miocardio que habían recibido una intervención percutánea para desobstruir una arteria entre 2010 y 2016.
Al analizar las temperaturas del día del infarto y del día previo en el área de cada uno de los hospitales involucrados, los científicos encontraron una medida de la máxima diferencia de temperatura y descubrieron que las fluctuaciones térmicas de un día para el otro aumentaban el riesgo de ataque cardíaco.
Además, los científicos de Estados Unidos descubrieron que el riesgo se incrementa particularmente cuando las diferencias súbitas de temperatura rondan los 10 grados o más, como explica la cardióloga Hervig Andersson:
“El calentamiento global provocará eventos extremos que, a su vez, generarán grandes fluctuaciones rápidas de temperatura. Nuestro estudio sugiere que esas fluctuaciones podrían aumentar los ataques cardíacos y afectar la salud global en el futuro”.
¿Qué es un infarto?
De acuerdo con la Fundación Española del Corazón (FEC), un infarto es la necrosis o muerte de las células de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo debido a una obstrucción o estenosis (estrechez) de la arteria correspondiente:
“Comúnmente llamamos infarto al infarto agudo de miocardio (músculo cardiaco) pero le puede ocurrir a cualquier órgano”.
Al respecto, una publicación en The Texas Heart Institute señala que los signos de alerta del infarto son:
- Presión, ardor, tensión o molestia opresiva en el pecho que dura cinco minutos o más.
- Molestia constante que parece indigestión.
- Presión incómoda del pecho que irradia a los hombros, los brazos, el cuello, la mandíbula o la espalda.
- Mareo, desmayo, sudor o malestar de estómago.
- Dificultad para respirar sin que haya una explicación obvia.
- Ansiedad, debilidad, náuseas o cansancio inexplicables.
- Conciencia de tener alteraciones de los latidos normales del corazón, con sudor inexplicable y palidez de la piel.
Además de lo anterior, los especialistas destacan que los siguientes síntomas deben tomarse muy en serio y no minimizarlos:
- Dolor o molestia en la mitad del pecho.
- Dolor o molestia en otras zonas de la parte superior del cuerpo, como los brazos, la espalda, el cuello, la mandíbula o el estómago.
- Otros síntomas, como dificultad para respirar, sudor frío, náuseas o mareo.
¿Cuánta agua tomar si hace mucho calor?
Según los cálculos de Andersson y sus colegas, por cada 5 grados de oscilación térmica, el riesgo de infarto se incrementa un 5%:
“El efecto resulta más pronunciado en los días de altas temperaturas. En un día de verano, con temperaturas de entre 35 y 40 grados, los infartos de miocardio podrían duplicarse”.
Si bien el organismo cuenta con mecanismos para compensar el calor, los especialistas advierten que los menores y los mayores de edad tienen dificultad en adaptarse y suelen deshidratarse rápidamente:
“Si una persona normalmente tiene que beber 2 litros de agua por día, la OMS recomienda que consuma entre 2,8 y 3,4 litros cuando la temperatura es mayor a los 32 grados centígrados. Más calor, más y mejor hidratación”.
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Finalmente, si tienes cualquier duda relacionada con el calor y los efectos en tu salud, la recomendación es acudir siempre con un especialista.
Fotografía: Universidad Nacional Autónoma de México