¿Cómo mejorar fácilmente los hábitos alimenticios?

¿Cómo mejorar los hábitos alimenticios?, ¿Cuántas veces has tenido como objetivo mejorar tus hábitos de alimentación?, ¿cuántas veces lo has logrado?

La Fundación Española de Nutrición (FEN), define a los hábitos alimenticios o hábitos alimentarios como comportamientos colectivos, conscientes y repetitivos, que conducen a las personas a la selección consumo y utilización de alimentos o dietas específicas como respuesta a influencias culturales y sociales, y es que, ¿qué es lo saludable?

Te recomendamos: Mucho cansancio puede ser señal de estas enfermedades

Estamos ante una reflexión que no resulta sencilla ni exige una respuesta única o espontánea.

¿Cómo mejorar los hábitos alimenticios fácilmente?

Generalmente, los hábitos de alimentación se adquieren durante las etapas tempranas de la vida como la infancia y se establecen por medio de repetición, por ejemplo repetición casi involuntaria de hábitos de los familiares o amigos.

Conforme los niños crecen se reduce la influencia familiar para que en la etapa de adolescencia y como resultado de cambios, biológicos, psicológicos, fisiológicos y emocionales la dieta, sufra cambios.

Lo anterior es notorio cuando los adolescentes comienzan a mostrar preferencia por determinados alimentos, el peso corporal comienza a ser una preocupación y por lo tanto, también el rechazo de algunos alimentos.

Al llegar a etapa adulta, los hábitos hasta ese momento adquiridos son complicados de cambiar pero no imposible, aunque el caso de México es particularmente interesante, pues estamos ante uno de los países con mayor presencia de obesidad en todos los grupos de edad según datos revelados en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT),  por otro lado, hay gran disponibilidad de alimentos industrializados sin una clara regulación y políticas que favorecen a la industria alimentaria, más que a los consumidores.

El paraíso de la industria alimentaria

Estamos en el paraíso de la industria alimentaria pero también de la industria farmacéutica que obtiene grandes ganancias por los tratamientos que requieren las enfermedades crónicas no transmisbles (ECNT), que representan las primeras causas de muerte en el país.

Además, la forma de celebrar, de reunión, de socializar, en nuestro país, siempre incluye un platillo, algo que compartir; no entendemos aún de nutrientes específicos, ni de porciones o de lectura de etiquetas, lo cual no es casual y tampoco busca señalar culpables: la alimentación es cultura, no ciencia.

Por ello, cuatro pasos sencillos y fundamentales para comenzar ese cambio de hábitos, son;

Paso 1

Reflexionar sobre el contexto dónde te encuentras para tomar las decisiones alimentarias cotidianas, dónde es más sencillo adquirir un producto industrializado alto en calorías, dónde las jornadas laborales, son largas, etc.

Paso 2

Comenzar el día incluyendo una combinación de cereales integrales, fruta y proteína, por ejemplo: pastas, tortillas, pan, galletas, pero en versión integral, proteínas magras como lácteos desnatados y una porción de fruta equivalente al tamaño de tu mano.

Paso 3

Cuando acudas al supermercado evita llevar opciones procesadas, elige mejor alimentos frescos, o al menos lleva la mayor cantidad de ellos.

Paso 4

El último paso es comenzar a disfrutar el momento de cocinar, es un momento contigo que te lleva a hacer algo que beneficiará tu salud:

“Sustituye las preparaciones fritas, los capeados, el gratinado o la mantequilla y aderezos cremosos, por especias naturales como el clavo, hierbabuena o tomillo, preparaciones asadas, hervidas, al horno a la plancha y aderezos cítricos, por ejemplo los de jugo de limón, naranja o lima”.

También te recomendamos: ¿Cuáles son los beneficios de jugar ajedrez?

No olvides que, pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia, la constancia es clave.

Con información de: Secretaría de salud y INSP

Fotografía: Nubett