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Enfermedades infecciosas y contagiosas Salud
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Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo: lo que debes conocer sobre la enfermedad que aterroriza a Europa

Adrián Aguirre 11 julio, 2023 2006

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo está aterrorizando Reino Unido y todavía no llega a la isla. Se trata de una enfermedad letal en la que los ojos sangran y el 40% de los afectados pierden la vida. Los casos se están multiplicando en Europa y aquí te contamos más sobre el padecimiento.

¿Qué es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es un padecimiento muy extendido que es provocado por el Nairovirus, un virus de la familia Bunyaviridae transmitido por garrapatas. Este virus causa brotes graves de fiebre hemorrágica viral y de acuerdo con la OMS, su tasa de letalidad puede llegar a un 40%.

Se trata de una enfermedad transmitida al ser humano principalmente a través del ganado y las garrapatas, pero también entre personas en caso de un contacto estrecho con órganos, secreciones, sangre u otros líquidos corporales infectados.

Los Centros Europeos para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) agregan que se han presentado algunos casos de infección después del consumo de carne cruda de ganado recién sacrificado o después de tomar leche sin pasteurizar.

“El virus CCHF generalmente se inactiva en la carne debido a la acidificación posterior al sacrificio. Las garrapatas Hyalomma (principalmente H. marginatum, H. anatolicum, H. rufipes y H. asi aticum) son vectores y reservorios competentes de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo”, dicen los ECDC.

“El período de incubación de CCHF es de tres a siete días (rango: 1 a 14 días), aunque se han reportado períodos más prolongados. Puede ser más corto cuando la dosis viral es elevada y en casos de infecciones del torrente sanguíneo”: ECDC

¿Cuáles son los síntomas de la fiebre de Crimea-Congo?

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) mencionan que cuando una persona o animal se contagia, los signos aparecen de manera repentina. Algunas señales de inicio informadas por los CDC son:

  • Dolor de cabeza
  • Fiebre alta
  • Dolor de espalda
  • Dolor en las articulaciones
  • Dolor de estómago
  • Vómitos
  • Ictericia
  • Ojos rojos
  • Cara enrojecida
  • Garganta roja
  • Manchas rojas (Petequias) en el paladar
  • Cambios en el estado de ánimo (en casos graves)
  • Modificaciones en la percepción sensorial (en casos graves)

“A medida que avanza el padecimiento, se pueden ver grandes áreas de moretones severos, grandes hemorragias nasales y sangrado incontrolable en sitios de inyección, que empiezan alrededor del cuarto día de la enfermedad y duran aproximadamente dos semanas”, advierten los CDC.

“El virus ingresa al huésped por medio de las células epiteliales y, después de una amplificación local, ingresa al sistema linfático e infecta los órganos, en específico el hígado y el bazo, pero también otros órganos, lo que deriva en una falla multiorgánica”: ECDC.

Los casos severos siguen un curso típico con cuatro fases distintas:

  1. Incubación
  2. Prehemorrágica
  3. hemorrágica
  4. Convalecencia (si el paciente sobrevive)

“La tasa de mortalidad en hospitalizados es de aproximadamente 30%. En los que sobreviven, la mejoría puede ser vista de 9 a 10 días después del inicio de los síntomas, momento en el cual reciben el alta hospitalaria”, detallan los ECDC.

¿Cómo se trata esta enfermedad?

En palabras de la OMS, todavía no se tiene una vacuna disponible para este padecimiento para las personas ni para los animales. Sin embargo, eso no significa que no haya nada que se pueda hacer.

Los ECDC mencionan que el manejo médico consiste en el monitoreo del equilibrio de líquidos y electrolitos y las funciones de los órganos de un paciente, incluyendo su sistema de coagulación.

En pacientes afectados por este padecimiento se puede administrar ribavirina, que es un fármaco antiviral de amplio espectro, poco después de la aparición de los síntomas como profilaxis posterior a la exposición o para prevenir una infección grave.

“La sospecha clínica temprana y la confirmación de laboratorio son fundamentales para el éxito del tratamiento de los afectados y para la pronta implementación de las medidas de control de infecciones apropiadas para mitigar la propagación del padecimiento”, abundan los ECDC.

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