Hora de comer determinaría años saludables de vida

Un estudio recientemente publicado en la revista Science ha demostrado el papel fundamental del reloj biológico en la longevidad, es decir, en vivir más años y su conexión con los hábitos alimenticios. Conoce los detalles.

La investigación, liderada por Joseph Takahashi, pionero en el descubrimiento del primer gen del reloj biológico en mamíferos, revela que la hora a la que nos sentamos a la mesa podría tener un impacto significativo en cuánto tiempo vivimos.

Te recomendamos: Mucho cansancio puede ser señal de estas enfermedades

Hora de comer determinaría años saludables de vida

El reloj biológico, es el mecanismo interno que regula los ritmos circadianos que no solamente indica cuándo debemos dormir y despertar, sino que también desempeña un papel crucial en diversas funciones metabólicas del organismo.

Según Takahashi, comprender esta relación a nivel molecular podría abrir nuevas puertas en la lucha contra enfermedades como el cáncer.

La investigación destaca la influencia del reloj biológico sobre la longevidad, destacando que la restricción calórica, es decir, ingerir menos calorías de manera controlada, resulta más efectiva cuando se tiene en cuenta este reloj interno.

“Al estudiar grupos de ratones que siguieron un régimen calórico reducido durante toda su vida, se encontraron diferencias notables en su esperanza de vida dependiendo de la franja horaria en la que se les permitía alimentarse”.

Los ratones que tenían libertad para comer en cualquier momento del día vivieron un 10 por ciento más, mientras que aquellos que se limitaron a comer solo de día experimentaron un aumento del 20 por ciento en su longevidad.

Se encontró que los ratones que solo se alimentaban durante la noche, cuando son naturalmente más activos, disfrutaron de un aumento impresionante del 35 por ciento en su esperanza de vida.

Según Takahashi, este estudio confirma que el reloj biológico es el cimiento de los mecanismos corporales relacionados con la longevidad:

“Estos resultados sugieren que la hora en que consumimos nuestros alimentos podría ser un factor clave para mejorar la salud y prolongar la vida”.

El interés de Takahashi en este campo comenzó con el descubrimiento del gen CLOCK en 1997, seguido poco después por el gen BMAl1:

“Estos genes son los maestros que activan otros genes involucrados en los ritmos circadianos.”

Con alrededor de una decena de estos genes circadianos ya identificados, forman un sistema complejo que se sincroniza con el entorno y afecta a miles de otros genes, muchos de los cuales están relacionados con procesos metabólicos y el ciclo celular.

Nuevo estudio analiza la relación entre la salud y la hora de comer

Ahora, el equipo de investigación tiene como objetivo explorar más a fondo si la alteración del gen CLOCK tiene efectos directos sobre la longevidad.

También están buscando formas de modular la actividad de este gen mediante el desarrollo de un fármaco, lo que podría abrir nuevas vías para mejorar la salud y combatir enfermedades relacionadas con el envejecimiento.

El estudio es claro en destacar la importancia de considerar no solo qué comemos, sino también cuándo lo hacemos.

“Al sincronizar nuestra ingesta de alimentos con nuestro reloj biológico, podríamos estar dando un paso significativo hacia una vida más larga y saludable”.

Este descubrimiento no solo arroja luz sobre los intricados mecanismos de nuestro cuerpo, sino que también plantea nuevas posibilidades emocionantes para la prevención y el tratamiento de enfermedades relacionadas con la longevidad.

Te recomendamos: ¿Cómo saber que tomé mucho café? 12 señalas de exceso

Finalmente, las investigaciones continuarán y es importante destacar que el área de investigación abordada es amplia y no hay datos concluyentes en humanos aún.

Con información de: Science

Fotografía: Mejor con Salud